¿Sabías que cada 10 años tu piel atraviesa cambios que pueden manifestarse como signos de la edad?
A partir de los 35 años es inevitable que el ritmo de vida agitado y el estrés propio de la edad afecten la piel. Estos factores desactivan las proteínas antiestrés o vitagenes de la piel, bajando sus barreras protectoras y causando el envejecimiento prematuro.
A los 45 se hace evidente la oxidación celular, que consiste en la degeneración y el debilitamiento de los componentes de los tejidos de soporte de la piel, razón por la que se pierde elasticidad y firmeza.
La piel es un organismo en constante evolución, y es normal que a partir de los 55 años comience a producir “progerina” (Con el inicio de la menopausia se incrementa la acumulación de toxinas, entre ellas la progerina, una proteína anómala que con el tiempo se deposita en el núcleo de las células, desprogramándolas y alterando su equilibrio, de forma que la edad se ve acentuada en la piel). La acumulación de progerina causa estragos en las funciones vitales de las células, desprogramándolas y alterando su equilibrio, por lo tanto, acorta su tiempo de vida y acelera el proceso de envejecimiento.
Nuestra línea antiedad Lederm está dividida por edades, justamente para responder las necesidades que atraviesa la piel en cada una de estas décadas. 35+, 45+ y 55+, pero gracias al conocimiento de los expertos dermatólogos se conoce que los cambios más marcados de la edad se evidencian con mayor intensidad a mitad de cada década.