Una vez que sabes cuál es tu tipo de piel y lo que necesita, tienes que escoger el tono ideal. Debes encontrar la base del color más parecido a tu piel, para que se funda con ella y sirva para igualar el tono.
Si vas a probar el color del producto sobre tu piel, lo mejor es aplicarlo en el límite en el cuello, para neutralizar el tono del rostro y adaptarlo al color del resto de la piel.