Nuestra piel está constantemente expuesta a diversos cambios como resequedad, despigmentación, alergías, irritaciones, entre otros. Una de las razones más comunes por lo que esto ocurre es la contaminación. Y es que en el aire se van acumulando diferentes toxinas como polvo, radicales libres, humo, entre otros elementos que van dañando poco a poco nuestra piel. Las impurezas de la contaminación disminuyen los niveles de hidratación en el rostro y aceleran su envejecimiento. Felizmente, hay maneras de proteger y combatir este mal y en este artículo te lo contaremos.